lunes, 2 de diciembre de 2013

Decálogo sobre el/la niñ@ autista

1. Ante todo, soy un niño. 

Tengo autismo. Mi autismo es solo un aspecto de mi personalidad. No me define como persona. Definirme según una de mis características conlleva el riesgo de establecer expectativas muy bajas.




2. Mis percepciones sensoriales están alteradas. 
Posiblemente la integración sensorial sea el aspecto más difícil de entender en el autismo, pero podría decirse que es uno de los más críticos. 
Mi sentido del oído puede ser súper agudo. ¡Mi cerebro no puede filtrar tantos estímulos y me sobrecargo!
Mi sentido del olfato puede ser muy sensible. 
Ya que me oriento visualmente  posiblemente este sea el primer sentido en sobresaturarse. La luz fluorescente no solo es demasiado brillante, sino que zumba y ronronea.Todo esto afecta mis sentidos vestibular y proprioceptivo, y ahora ni siquiera puedo determinar la ubicación de mi propio cuerpo en el espacio.




3. Recuerda distinguir entre “No quiero” y “No puedo”. 
El lenguaje receptivo y expresivo y el vocabulario pueden representarme retos formidables. No se trata de que No presto atención a las instrucciones. Se trata de que No puedo comprenderlas. 
Cuando me llamas desde el otro extremo del salón, esto es lo que escucho: *&+%$#, Billy. #$%&/%$&*… … 


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4. Soy un pensador concreto. 
Esto significa que interpreto el lenguaje muy literalmente. 
Las frases idiomáticas, los juegos de palabras, los matices, los dobles sentidos, las inferencias, las metáforas, las alusiones y el sarcasmo se me escapan.


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5. Ten paciencia con mi escaso vocabulario. 
Me es difícil decirte lo que necesito cuando no conozco las palabras para describir mis sentimientos. Puede que tenga hambre, que me sienta frustrado, atemorizado o confundido pero en estos momentos esas palabras están más allá de mi habilidad de expresarme.
O, al contrario, es posible que te suene como un “pequeño profesor” o un actor de cine, refiriendo palabras o guiones completos más allá de mi edad de desarrollo. Estos son mensajes que he memorizado de mi entorno para compensar mis déficits de lenguaje porque sé que se supone que responda cuando me hablan. 






6. Ya que el lenguaje me resulta tan difícil, me oriento mucho visualmente. 
Por favor muéstrame como hacer algo en lugar de solo decírmelo. Y por favor, prepárate para mostrármelo varias veces. La repetición me ayuda a aprender.
Un cronograma visual me ayuda mucho a lo largo del día. Como tú con tu agenda, elcronograma me alivia el estrés de tener que recordar lo que sigue, me facilita la transición entre actividades, me ayuda a manejar el tiempo y a cumplir con tus expectativas.





7. Concéntrate y apóyate en lo que puedo hacer, en lugar de lo que no puedo hacer.
Como cualquier ser humano, no puedo aprender en un entorno donde constantemente me hacen sentir que no estoy a la altura y que necesito “que me arreglen.” Busca mis fortalezas y las encontrarás. Hay más de una manera “correcta” de hacer la mayoría de las cosas.


 Programas educativos para personas con autismo




8. Ayúdame con las interacciones sociales. 
Puede parecer que no quiero jugar con otros niños en el patio, pero a veces es solo que no sé como empezar una conversación o unirme al juego. Si animas a los otros niños para que me inviten a jugar con ellos, es posible que me encante que me incluyan.




9. Procura identificar los factores detonantes de mis estallidos
Meltdowns, estallidos, rabietas o como quieras llamarlos son más terribles para mi que para ti. Suceden porque uno o varios de mis sentidos se ha sobresaturado. Si puedes determinar por qué sucede el estallido, podría prevenirse. 
Recuerda que toda conducta es una forma de comunicación. 




10. Si eres un miembro de mi familia, quiéreme sin condiciones. 
Elimina pensamientos como, “Si solo pudiera” y “Por qué no puede”.  Con tu apoyo y orientación, las posibilidades serán mejores de lo que imaginas. Te lo prometo – yo valgo la pena.





Y finalmente, tres palabras: Paciencia. Paciencia. Paciencia. 
Esfuérzate por ver mi autismo como una habilidad diferente en lugar de una discapacidad. Mira más allá de lo que percibes como limitaciones y aprecia las fortalezas que el autismo me ha dado. 




Sé mi defensor, sé mi amigo, y ¡veremos cuán lejos puedo llegar!¨



domingo, 1 de diciembre de 2013

Etiologia del autismo



Con frecuencia la causa del autismo es una incognita; aunque en muchos casos se sospecha que se debe a cambios o mutaciones en los genes, no todos los genes involucrados en el desarrollo de esta enfermedad han sido identificados. Las investigaciones científicas han relacionado la aparición del autismo en el niño con las siguientes causas:

Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el trastorno autista existe una cierta carga genética. En estudios clínicos desarrollados con mellizos, se ha observado que cuando se detecta el trastorno en uno de los hermanos, existe un alto porcentaje (en torno a un 90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo desarrolle. Si el estudio se ha llevado a cabo en el ámbito familiar, las estadísticas muestran que existe un 5% de probabilidades de aparición en el neonato en el caso de que tenga un hermano con el trastorno, que es una probabilidad bastante superior a la que tendría en el caso de que no existieran antecedentes documentados en su familia. Estos datos indican claramente una carga genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones tienen por objeto determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y ya han establecido la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina NL1 y el desarrollo de autismo, aunque se sabe que hay más genes implicados.
Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado alteraciones neurológicas, principalmente en las áreas que coordinan el aprendizaje y la conducta, en aquellos pacientes diagnosticados de trastornos del espectro autista.
Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar alteraciones en los niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.
Agentes infecciosos y ambientales como causa del autismo: determinadas infecciones y/o exposición a ciertas sustancias durante el embarazo pueden provocar malformaciones y alteraciones del desarrollo neuronal del feto que, en el momento del nacimiento, pueden manifestarse con diversas alteraciones como, por ejemplo, trastornos del espectro autista.